miércoles, 7 de diciembre de 2011

Juego Compulsivo




 Quien no, en el algún momento de su vida, se ha “enviciado” con algún tipo de actividad lúdica, ya sea en la computadora, las conocidas maquinas “tragamonedas”, juegos de video, etc. Todos en algún momento lo hemos jugado ya sea aunque sea por una sola vez; pero, que es lo que hace la diferencia entre alguien que lo ve como un inofensivo entretenimiento, a una persona que convierte los juegos como parte de su vida?.El presente artículo desarrolla sobre la pregunta  anteriormente hecha, empecemos con lo principal.
La OMS, reconoce el trastorno de adicción al juego, y  desde 1980 es considerada como una patología siquiátrica por  la Asociación Americana de Psiquiatría (APA). El juego compulsivo es visto como una adicción, y como toda adicción este suele provocar problemas tanto familiares, laborales, personales y sociales, dentro de todo esto solemos encontrar violencia, suicidios, estafas, robo y hasta homicidios por el mismo afán de jugar y conseguir dinero a toda costa.

Una adicción viene a ser una enfermedad física y psicoemocional (OMS), es una dependencia hacia una sustancia, actividad o relación. Está representada por los deseos que consumen a los pensamientos y comportamientos del sujeto con adicción, y estos actúan en aquellas actividades diseñadas para conseguir la sensación o efecto deseo  y/o comprometerse en la actividad deseada. A diferencia de los simples hábitos o influencias consumistas, las adicciones son "dependencias" que traen consigo graves consecuencias en la vida real que deterioran, afectan negativamente, y destruyen relaciones, salud (física y mental), además de la capacidad de funcionar de manera efectiva.

No se lo considera un vicio, es una enfermedad adictiva pero no muestra síntomas físicos. El jugador compulsivo se enamora de la “sensación de ganar”. Del hecho de arriesgar algo basado en el resultado de un evento antes de que éste ocurra. Generalmente la gente juega o apuesta porque espera ganar algo de mucho valor, pero lo que los atrapa es esa sensación de ganar.

Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, cuarta edición (DSM-IV), se puede diagnosticar al juego compulsivo, también conocido como ludopatía, juego patológico, etc. Cuando las personas poseen una conducta de juego desadaptativo y persistente caracterizado por lo menos 5 de los 10 posibles criterios:

  •    Preocupación con el juego: Esto puede incluir preocuparse por revivir de nuevo las experiencias pasadas de juego, planificar la siguiente actividad lúdica o pensar en la manera de obtener más dinero para seguir jugando.
  •           Necesidad de jugar con mayor cantidad de dinero cada vez para obtener el mismo nivel de activación (Tolerancia)
  •         Repetidos esfuerzos sin éxito para reducir o dejar de jugar (Abstinencia)
  •         Inquietud o irritabilidad si no puede jugar.
  •         Ver al juego como un escape de las dificultades en su vida.
  •    Volver a intentar jugar para recuperar las pérdidas de un juego anterior, también conocido como una conducta para “cazar” las perdidas.
  •         Constates mentiras a las personas que son consideradas importantes para el como la familia, pareja, al terapeuta y otras personas con el intento de ocultar e verdadero grado de implicancia hacia el juego.
  •        Ha cometido actos ilegales o delictivos para poder solventarse dinero para continuar con el juego.
  •      Ha arriesgado o perdido partes importantes en u estilo de vida como consecuencia directa de la conducta del juego.
  •       Busca a otros individuos  o instituciones para que le proporcionen dinero para poder aliviar una situación económica desesperada que surge como resultados de la conducta de jugar.


Alguien con una adicción al juego puede llegar  vender sus propias pertenencias y quedarse sin absolutamente nada solo con la única satisfacción de poder volver a jugar. Estas suelen ser personas inmaduras, con carencias afectivas que pueden haber sufrido algún tipo de abandono  o trauma en la niñez y para ellos el juego es una manera de tapar esa hueco que fue dejada como una secuela; estos no creen que sufren una adicción, porque están convencidos de tener el control de sus actos, sin embargo sus apuestas son cada vez más grandes y su ocurrencia al juego son cada vez más constantes.
La existencia del hecho delictivo depende de las circunstancias facilitadoras del medio para cometerlo y de la personalidad base del afectado.

Como consecuencia de la enfermedad, el afectado puede tener depresión, ansiedad, ataques cardíacos (consecuencia del estrés), puede tener ideaciones suicidas por desesperación si no recibe tratamiento

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Opine sobre nuestros artículos